Gracias Gloria Martínez
[NOTA: Esto lo preparé para una de las actividades que nos pidieron en el curso Hablar en público con eficacia impartido por el peridista Paco Grau durante el año 2011]
En nombre de los alumnos de Ingeniería en Informática, me complace dedicar unas palabras a nuestra querida profesora Gloria.
Antes que nada, nuestro más sincero pésame a sus familiares y también a todos sus amigos que, nos consta, somos muchos.
El futbolista brasileño Pelé dijo:
Nací para el fútbol, como Beethoven para la música.
y tú naciste para la docencia.
Cada clase que impartías era un nuevo reto para ti.
Siempre intentando que disfrutáramos aprendiendo. Para tí era el único método y así era.
La afluencia de alumnos a tus clases era espectacular.
Y es que realmente conseguías que disfrutáramos con los algoritmos y teoremas más complejos.
Continuamente estabas buscando nuevos ejemplos, nuevas formas de explicar.
Era evidente que tu pasión era la docencia y así nos lo transmitías en cada momento.
El entrenador de fútbol inglés Shankly dijo:
El problema con los árbitros es que conocen las reglas, pero no conocen el juego.
y tú conocías perfectamente tanto las reglas como el juego.
Día tras día luchabas por la calidad en la enseñanza. Por una enseñanza orientada al mundo laboral.
Para que estudiar la carrera de informática fuera un camino hacia nuestra preparación como profesionales y no se convirtiera en un mero aprendizaje de memoria, buscando el aprobado en cada asignatura.
Tú lideraste la creación de la titulación intentando que su contenido estuviera lo más actualizado posible y, 10 años más tarde, lideraste su renovación para actualizar de nuevo su contenido.
Todo esto dió como resultado una titulación de calidad y la buena preparación con la que todos terminamos. Una buena base que nos acompaña día a día y que tenemos siempre muy presente.
El ajedrecista cubano Capablanca dijo:
Se aprende más en los juegos que se pierden, que en las partidas que se ganan.
y tú eras capaz de ver el potencial que teníamos y no nos calificabas con un aprobado si veías que aún podíamos conseguir mucho más que eso.
Ninguno de nosotros lo entendía en ese momento, pero la justificación venía en la siguiente convocatoria donde ese suspenso se había convertido en un notable o incluso un sobresaliente.
Nadie confiaba en nosotros como tú lo hacías y eso nos hacía dar lo mejor de nosotros mismos.
A muchos nos demostraste lo que nunca antes un profesor nos había enseñado: que éramos capaces de lograr mucho más de lo que nos habíamos imaginado.
El atleta estadounidense Griffith dijo:
No se fracasa hasta que no se deja de intentar.
y tú nos alentabas a superar todas las barreras, a que no nos detuvieran los muros que encontrábamos por el camino, sino que lucháramos para superarlos.
Además, para ello siempre contábamos contigo. Siempre estabas. Siempre. En clase, en el despacho o en la cantina.
Tu despacho. Todos recordaremos siempre tu despacho. No había otro igual. Destacaba entre todos. Quien no ha disfrutado con un chiste o con la lectura de uno de esos artículos que, literalmente, forraban la puerta y alrededores de tu despacho. No había otro igual. Todo para amenizarnos las esperas, y sí, lo conseguías.
En la cantina. En la cantina eras una más entre nosotros. Siempre rodeada de tus alumnos. Muchos nos conocimos gracias a ti. Contigo podíamos conversar de cualquier tema y todos sabíamos que estabas ahí siempre que te necesitáramos.
Tú, sin darte cuenta, has sido, eres y serás siempre parte de nuestras vidas.
Gracias por todo Gloria.