Gracias abuelo
Creo que todos nacemos con una curiosidad innata por todo lo que nos rodea. Sin embargo, al igual que sucede con la creatividad, esta capacidad puede alimentarse con el tiempo, o bien, ir desapareciendo poco a poco.
¿Qué es lo que más ha alimentado mi curiosidad? Sin lugar a dudas, los ratos con mi abuelo materno se encuentran en el número uno de la lista.
Mi abuelo ejercía de abuelo, es decir, se sabía muchísimas historias.
Con mi abuelo conocí Madrid, sus museos y sus lugares más emblemáticos. Ir en coche, metro, autobús o caminando por Madrid con él era siempre muy entretenido. Sus historias no se repetían.
Todos los días se compraba el periódico y se fijaba en todo.
¿Sabes a qué hora ha salido hoy el sol? Mira…
Y entonces empezaba a contarme las variaciones de hora durante el año. Sacaba un folio, un lápiz y me dibujaba la explicación.
Y tenía una caligrafía preciosa. Me podía pasar horas mirando algo escrito por él.
También le fascinaba cómo iba creciendo la red del metro de Madrid. Recordaba perfectamente la evolución de las líneas y las historias asociadas a cada una de las ampliaciones. Así como también recordaba el primer Galerías Preciados, donde podías encontrar una misma prenda ya confeccionada en diferentes tallas - algo natural para los que hemos crecido con ese tipo de tiendas, pero nada habitual para mi abuelo sastre.
Con mi abuelo cobraban vida esas enciclopedias de decenas de fascículos que suelen ser únicamente un elemento decorativo en muchos salones.
Ven, vamos a buscar aquí…
Recuerdo que una vez le encontré hojeando un atlas en el salón. ¡El atlas! ¿Eso también lo miran las personas mayores?, pensé.
Abuelo, ¿qué estás buscando?
A veces me cuesta ubicar los lugares cuando escucho las noticias internacionales, porque hay países que han cambiado. Bueno, ¿y sabes que nuestro país también ha cambiado mucho? No era como te lo enseñan en el colegio…
Y empezaba una larga historia, de esas que tanto me gustaban.
No le hicieron falta clases de mindfulness para comer con atención y saborear un pedazo de chocolate. Imposible olvidar lo mucho que disfrutaba con el chocolate y el dulce en general. Me encanta mantener viva su depurada técnica con el papel de una magdalena. Creo que no sólo alimentó mi curiosidad :)