El mundo que nos hemos inventado
Es increíble cómo Yuval Noah Harari ha condensado un resumen de nuestra existencia y de lo que está por venir en Sapiens: una breve historia de la humanidad y cómo ese hecho proporciona otra perspectiva diferente. Estamos acostumbrados a “consumir” pequeños “fragmentos” de nuestra historia de forma separada y hasta ahora no había visto nada que incluyera todos los “fragmentos” en un único libro.
Una de las reflexiones que comparte el autor es lo importante que es para nuestra especie, para nuestra organización, el hecho de ser capaces de crear una realidad paralela a la realidad objetiva: una realidad imaginada, ficticia. Somos capaces de estar organizados y cooperar conjuntamente bajo unos mitos comunes.
Por otra parte, impacta el hecho de ser consciente de los desastres naturales que hemos ido causando durante toda nuestra evolución. Lo de hoy en día no es nada nuevo, aunque parece que cada vez nos vamos acercando más a nuestra propia extinción.
Me gusta mucho cómo explica la Revolución Agrícola y cómo el ser humano entró en una espiral de la que ya no podía salir:
Una de las pocas leyes indiscutibles de la historia es que los lujos tienden a convertirse en necesidades y a generar nuevas obligaciones.
Con la Revolución Agrícola pasamos a depender del cultivo de cereales, de sus cuidados. Algunos lo consideran como un punto de inflexión hacia la prosperidad y otros hacia la perdición, perdiendo la conexión con la naturaleza y encaminándonos hacia la codicia y la alineación.
De vez en cuando el autor incluye reflexiones que le llevan a la actualidad. Por ejemplo, explica cómo la evolución a día de hoy nos ha hecho ahorrar tiempo en tantas cosas que antes costaban tanto (como enviar una carta), pero en lugar de ganar tiempo, seguimos un ritmo frenético.
Con la Revolución Agrícola comenzamos a dar forma a nuestras casas y establecer un vínculo muy fuerte con ellas.
Al mismo tiempo, el futuro cobró relevancia, necesitando producir más de lo que se consumía para acumular excedentes para las épocas de baja producción.
Cómo comenzaron a surgir las élites que vivían de los excedentes de los campesinos:
La historia es una cosa que ha hecho muy poca gente mientras el resto de la población labraba los campos y transportaba cubos de agua.
Curioso ver cómo se trataba de mantener el orden social y cómo creemos en tantas cosas imaginadas:
Hoy en día la gente se gasta mucho dinero en las vacaciones en el extrajero porque somos verdaderos creyentes de los mitos del consumismo romántico.
Los sistemas de cooperación comenzaron a requerir la gestión de muchos datos, lo cual terminó dando lugar a la escritura, así como el estudio de técnicas para la catalogación, recuperación y procesamiento de datos.
Me gustó mucho cuando habla de la reacción general del ser humano al ver una ecuación: miedo. Una reacción natural al no estar acostumbrados a pensar de ese modo.
El ser humano también se inventó las distinciones entre personas libres y esclavas, entre blancos y negros, entre ricos y pobres. Jerarquías imaginadas que se presentaban como cosas naturales e inevitables. Al parecer nunca ha existido una sociedad humana compleja que haya podido desvincularse de las discriminaciones, clasificando la población en categorías imaginadas.
Y lo que sucede siempre. Si naces en una posición de la jerarquía donde no tienes oportunidades para cultivar o desarrollar tus capacidades, resultará más difícil abandonar dicha posición:
Dinero atrae dinero y pobreza atrae pobreza. Educación atrae educación e ignorancia atrae ignorancia. Los que han sido víctimas de la historia tienen muchas probabilidades de volverlo a ser. Y lo que han sido privilegiados por la historia también tienen más probabilidades de volverlo a ser. La mayoría de las jerarquías sociopolíticas no tiene una base lógica o biológica: no son otra cosa que la perpetuación de hechos fortuitos que se consolidan a través de los mitos.
Las sociedades humanas continuaron creciendo y los mitos y ficciones dieron lugar a las culturas. Y aunque hablemos de culturas “auténticas”, todas han cambiado en los últimos siglos.
Comerciantes, conquistadores y profetas fueron los primeros en tener una visión global, considerando clientes, súbditos o creyentes potenciales en el mundo entero. En el caso del comercio fue muy importante la invención del dinero:
(..) un sistema de confianza mútua (…): el sistema de confianza mútua más universal y más eficaz que se haya inventado nunca.
Difícil valorar este invento, ya que tiene sus aspectos positivos (cooperación entre personas desconocidas), pero también negativos.
¿Y por qué es interesante estudiar historia?
(…) no para saber el futuro, sino para ampliar nuestros horizontes, para saber que nuestra situación actual no es natural ni inevitable y que, por lo tanto, delante nuestro tenemos muchas más posibilidades de las que nos imaginamos. Por ejemplo, estudiar la manera en que los europeos sometieron a los africanos nos permite darnos cuenta que no hay nada de natural o inevitable en la jerarquía racial y que el mundo se habría podido organizar perfectamente de otro modo.
Los últimos 500 años han resultado especialmente significativos en nuestra evolución, tanto para ir más allá de la superficie terrestre:
Podíamos construir torres y escalar montañas, pero el cielo estaba reservado a los pájaros, los ángeles y los dioses.
como para conocer los microorganismos.
La llamada Revolución Científica dió lugar a la detonación de la primera bomba atómica o hacer posible el hecho de llegar a la Luna:
La disposición de reconocer la ignorancia ha hecho que la ciencia moderna sea más dinámica, flexible e incisiva que ninguna otra tradición de conocimiento previo.
Y los problemas que eso supuso, ya que la ciencia podía desmontar los mitos que mantenían el orden sociopolítico.
Interesante cómo fueron evolucionando las materias de enseñanza obligatorias y cómo la estadística fue ganando terreno.
A la mayor parte de la gente les cuesta asimilar la ciencia moderna porque nos resulta difícil entender su lenguaje matemático y porque sus descubrimientos contradicen el sentido común.
Y algo que seguimos viendo hoy en día: la investigación científica y el desarrollo tecnológico de la humanidad está supeditado a la financiación, por lo que acaba dirigida por los intereses de los que la financian.
El crédito supuso el inicio de la economía moderna:
(…) un nuevo sistema basado en la confianza en el futuro (…) nos permite construir el presente a cuenta del futuro. Se basa en la asunción que nuestros recursos futuros serán más abundantes que los presentes.
Y eso sólo pudo suceder cuando existió la confianza en un futuro mejor que el presente.
Recuerda el primer mandamiento del capitalismo:
Los beneficios de la producción se deben reinvertir para hacer crecer la producción.
Otro tema interesante es cómo explica la confianza de los sistemas financieros, no sólo cumpliendo los plazos, sino creando sistemas judiciales para proteger los derechos privados.
Y el inicio de las bolsas de valores donde se comerciaba con las acciones de las compañías.
Así como los problemas del mercado libre:
Desde el siglo XVI hasta el XIX, se importaron a América unos diez millones de africanos.
Cuando el crecimiento se convierte en el bien supremo y no está restringido por ninguna consideración ética, puede llevar fácilmente a la catástrofe.
También impacta cómo describe la Revolución Industrial que considera como una segunda Revolución Agrícola.
Irónicamente, las mismas disciplinas científicas que diseñan nuestras máquinas para producir leche y huevos han demostrado recientemente, sin ninguna duda razonable, que los mamíferos y las aves tienen una estructura sensorial y emocional compleja.
Y recuerda una lección básica de la psicología evolutiva:
Una necesidad que se ha creado en el medio salvaje continúa haciéndose notar subjetivamente aunque ya no sea útil para la supervivencia o la reproducción en las granjas industriales.
Estudios que terminan con conclusiones como:
Los micos tienen necesidades y deseos psicológicos que van más allá de las necesidades materiales y que, si no quedan satisfechas, les hará sufrir mucho.
La economía capitalista moderna necesita que la producción crezca constantemente para sobrevivir:
(…) de otro modo, los industriales e inversores se arruinan. Para evitar esta catástrofe y asegurarse que la gente siempre comprará cualquier novedad que produzca la industria, aparece un nuevo tipo de ética: el consumismo.
Los fabricantes diseñan deliberadamente artículos que duran poco e inventan modelos nuevos e innecesarios de productos plenamente satisfactorios que debemos comprar para no quedarnos al margen.
Hace la reflexión de cómo ha girado la tortilla: ahora los ricos van con más cuidado a la hora de invertir, mientras que los menos favorecidos se endeudan.
No fue hasta 1880 cuando se regularon los horarios por ley, con la referencia del meridiano de Greenwich. Ahora todo está “invadido” por el tiempo.
Y menos mal que algunas cosas han ido cambiando:
No solamente los hombres, sino también las mujeres y los niños, son reconocidos como individuos. Al largo de la mayor parte de la historia, las mujeres se habían considerado como una propiedad de la familia o la comunidad. Los estados modernos, en cambio, ven a las mujeres como individuos, con unos derechos económicos y legales independientes de su familia o comunidad. Poden tener sus propias cuentas bancarias, decidir con quién se quieren casar y hasta optar por divorciarse o vivir solas.
A lo largo de los dos últimos siglos todo ha cambiado a un ritmo veloz:
Cuando hablamos de revoluciones modernas solemos pensar en el 1789 (…). Pero el hecho es que, actualmente, cada día es revolucionario.
Y nunca había estado tan extendida la paz: el precio de la guerra es alto, los beneficios han disminuido, la paz es más lucrativa y nunca antes había existido una élite tan grande de amantes de la paz.
La felicidad también tiene hueco en el libro:
Como hemos visto, las nuevas aptitudes, los nuevos comportamientos y las nuevas técnicas no llevan necesariamente a una vida mejor.
Parece que la familia y la comunidad impacta más en nuestra felicidad que el dinero y la salud. Y los estudios llegan a conclusiones similares a lo que ya pensaban profetas, poetas o filósofos:
(…) estar satisfecho con lo que ya tienes es mucho más importante que obtener más cosas que quieres.
Lo que importan las expectativas:
Si la felicidad está determinada por las expectativas, es probable que haya dos pilares de nuestra sociedad - los medios de comunicación y la industria publicitaria - que, sin darse cuenta, estén vaciando los depósitos de satisfacción del planeta.
También la parte bioquímica de todo esto:
Seguro que conoces personas que se mantienen siempre relativamente alegres, sea lo que sea que les suceda. Y después están los que siempre están tristes, por muchos regalos que el mundo les ponga a los pies.
Y el libro termina con una visión de lo que puede llegar a suceder:
Estamos a las puertas de convertirnos en verdaderos ciborgs, de tener elementos inorgánicos que sean inseparables de nuestro cuerpo y que modifiquen nuestra capacidad, nuestros deseos, nuestra personalidad y nuestra identidad.
Justo al terminar el libro, me encuentro con este vídeo de Jane Goodall, donde cuenta que una de las cosas por las que le gustaría ser recordada es por demostrar a la ciencia que el ser humano no ostenta la supremacía, sino que es parte del reino animal: