Café coloquio con tecnólogas
Ayer fui una de las participantes iniciales de un coloquio que se celebraba con motivo del 11 de febrero - Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia y donde se lanzaba esta pregunta:
¿Es necesario comportarse como un hombre para ser una mujer de éxito en tecnología?
Reconozco que estos temas me ponen un poco nerviosa. Quien estuvo en la edición del International Women’s Day 2018 de Barcelona recordará cómo me temblaban las manos al leer mi discurso.
¿Por qué? Porque no me siento cómoda con las generalizaciones de hombres y mujeres. Durante estos años he conocido a mujeres y hombres de todo tipo, dependiendo de la educación que han recibido y sus circunstancias.
Esta vez me resultaba hasta difícil hacer difusión pública de mi participación en el evento. ¿Qué es comportarse como un hombre? ¿Se puede definir? ¿Mujer de éxito? No soy una persona que persiga lo que se entiende generalmente por éxito profesional, ligado al puesto y al salario. Y digo éxito profesional, porque creo que el éxito en la vida en general es otra cosa diferente.
Justo esta semana, Pixar publicó el cortometraje Purl que durante la primera parte parece responder SÍ a la pregunta del coloquio, aunque después todo cambia. Es un cortometraje que apuesta por la diversidad en las oficinas, pero… Pixar, disculpadme, voy a ser un poco crítica. El guión prometía y el objetivo es muy bueno, pero no me siento representada por un ovillo de lana rosa, ni con sus pertenencias en su primer día de trabajo. Veo demasiados estereotipos que me gustaría que empezáramos a romper.
Además, creo que la diversidad no sólo está relacionada con la presencia de mujeres, sino que va mucho más allá con la representación de generaciones, culturas, estatus sociales, … y podría seguir. Por supuesto, entendiendo que también hay inclusión y que la voz de toda esa diversidad se escucha por igual.
Esto me hace recordar el discurso de Emma de VLCTechHub, una de las organizadoras del evento, y que ella mismo describió como “broken heart”. Fue de esos discursos que te ponen toda la piel de gallina. Me hizo pensar que si las empresas y los equipos que están modelando este nuevo mundo tecnológico no apuestan por la diversidad e inclusión, volveremos a cometer los mismos errores.
El formato del coloquio
El coloquio se desarrolló siguiendo el formato de round table fish bowl. Era la primera vez que participaba en un evento de este tipo y me encantó, porque facilitó la participación y se escucharon diferentes experiencias.
Se ocupaba el asiento libre y se desocupaba otro asiento al mismo tiempo, todo de forma muy natural. Indirectamente promovía un orden en las intervenciones, encadenándose conforme se escuchaba alguna experiencia y eso inspiraba a otra persona para participar.
A dónde me llevó la pregunta
Ya comenté que me estos temas me ponen un poco nerviosa, así que estuve reflexionando sobre la pregunta antes de acudir al evento.
Comencé con la parte final de la pregunta: ¿qué significaba para mí ser una mujer de éxito en tecnología?
Entonces comenzaron a aparecer estos pensamientos:
- Que mis opiniones tengan el mismo peso que las del resto de mis compañeros.
- Que se confíe en mí.
- Que se respete mi presencia y no se hagan comentarios que no son respetuosos con el género femenino.
- Que cobre lo mismo que otro compañero que aporta un valor similar.
- Que esté donde quiero estar y no donde otro quiere que esté (aunque podría coincidir).
Entonces, me di cuenta de que todos los puntos, menos el último, estaban relacionados con mi pertenencia a un grupo minoritario en tecnología a día de hoy. El último punto es más personal, porque me ha llevado tiempo saber dónde quiero estar y si no sabes a dónde vas, cualquier sitio te llevará allí, como escribió Lewis Carrol. Aunque ahora sé dónde quiero estar, o más bien dónde no quiero estar, sigo sin tener una preferencia clara dentro de todas las ramas de esta profesión (y las que quedan por venir).
Tengo que puntualizar que esta lista no significa que mis opiniones no se hayan tenido en cuenta, que no se haya confiado en mí y que no se haya respetado mi presencia. Como dije al inicio, no puedo generalizar y he encontrado y sigo encontrando muy buenos compañeros en esta profesión. Simplemente enumeré lo que en conjunto representaría mi éxito profesional.
Dejando al margen el último punto del listado que es más personal, qué hago para conseguir ese éxito profesional:
- Que mis opiniones tengan el mismo peso que el resto de mis compañeros: ser más valiente y luchar por ello.
- Que se confíe en mí: confiar primero en mí misma.
- Que se respete mi presencia y no se hagan comentarios que no son respetuosos con el género femenino: ser más valiente y mostrar mi incomodidad, en lugar de reirme para sentirme integrada o que no se sientan mal por lo que han dicho.
- Que cobre lo mismo que otro compañero que aporta un valor similar: ser valiente y luchar por mis condiciones.
En definitiva, confianza y valentía, ambas muy relacionadas.
Confianza
Tenemos que pensar que no estamos menos capacitadas intelectualmente por ser mujeres, aunque personas como Voltaire, Rousseau, Nietzsche, Oscar Wilde, Charles Darwin, Schopenhauer y nuestro filósofo liberal José Ortega y Gasset pensaran lo contrario. No pondré aquí lo que dijeron, porque me da vergüenza hasta escribirlo. Os invito a leer el libro “Científicas” de Jorge Bolívar:
(…) dónde estaríamos hoy si la humanidad no hubiese despreciado, de forma absurda y fanática, la mitad de todo su caudal intelectual. (…) ¿Qué hallazgos habríamos logrado de sumarse las capacidades de las mujeres al estudio científico de la naturaleza?
Un ejemplo de confianza podría ser Poppy Northcutt, matemática, abogada y activista y una de las responsables en el regreso de la primera misión en enviar humanos fuera de la órbita terrestre:
I started looking around at these dudes that were working with me and I thought, ‘You know, I’m as smart as they are’.
Valentía
Recomiendo la charla TEDx “Enseñemos a las niñas valentía, no perfección” de Reshma Saujani. Esta charla me hizo reflexionar mucho y darme cuenta de muchas cosas que hasta ahora no había pensado.
Y como decía Nelson Mandela, la valentía no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre el miedo.
Conclusión
No, no creo que sea necesario comportarse como un hombre, porque eso significaría perder nuestra propia identidad. Sin embargo, sí que tenemos que demostrar más confianza y valentía.
El gran éxito sería ser considerada como persona, como un ser humano más sin distinciones por la condición de ser mujer.
Aún queda mucho por hacer y por mejorar. Ahí estaré poniendo mi granito de arena.